“‘Te amo’ dijo El Principito, ‘yo también’ dijo la rosa.

Nos tomamos un momento para hacer una reflexión sobre el amor, a partir de un libro conocido (y adorado) por grandes y chicos: “El Principito”.

“‘Te amo’ dijo El Principito, ‘yo también’ dijo la rosa. ‘No es lo mismo’, respondió él”,

 “Querer es tomar posesión, es hacer tuyo lo que a lo mejor no te pertenece. Es adueñarnos de algo para a lo mejor sentirnos más completos o también saber que, en algún punto, sos carente de eso…”.

“Querer es esperar, es apegarse a las cosas, a las personas, desde nuestras necesidades. Y cuando ese bien querido que deseas, no responde, obviamente te sentís frustrado, decepcionado”.

“Si yo quiero algo tengo expectativas, espero algo… Si la otra persona no me da algo voy a sufrir. Por eso ‘amar’ es desear lo mejor al otro. Esa es la diferencia… Amar es desear lo mejor para la otra persona aún cuando uno tenga motivaciones distintas”.

“Amar es permitir que uno sea feliz aún cuando el camino tuyo sea diferente al mío. Es ese sentimiento desinteresado que nace en darse por completo al corazón. En abrirse por completo desde el corazón”.

“Por eso el amor nunca será causa de dolor o sufrimiento. Cuando amamos, nos entregamos sin pedir nada a cambio, por ese puro y único placer de dar. También es cierto que si vos te das, desinteresadamente, solo vas a poder amar lo que conoces. Esto es porque amar es tirarse al vacío, confiarse la vida y el alma…”.

“Amar es la confianza, la que vos tenés de vos mismo. No porque le debas algo al otro, no como posición en silenciosa compañía. Amar es darte un lugar en el corazón, para que te quedes papá, mamá, hermano, amante o como amor mismo”.