Gritos, cenizas y muerte: los escalofriantes mitos que esconde el estadio Monumental

Hay lugares en Buenos Aires que esconden historias y sucesos difíciles de explicar. Hoy vamos a hablar de uno de esos lugares.




Los domingos de partido, el estadio Antonio Vespucio Liberti, es un templo del fútbol, un lugar donde la pasión y el fútbol se funcionan en un solo grito. Pero cuando la noche llega, los pasillos del Monumental son muy distintos.
Hay decenas de testimonios de empleados o ex empleados del club que cuentan de cosas raras en las instalaciones. Una de las historias más conocidas es la que cuentan los serenos del estadio. Dicen que en algunas noches, en la puerta número 12 sienten que hay gente golpeando los portones, como intentando salir a la calle.

Recordemos el 23 de junio de 1968, 71 hinchas de Boca murieron en medio de una avalancha humana mientras que se retiraban del Monumental por la expuerta 12, hoy rebautizada con la letra L. Hay quienes dicen que los espíritus de las víctimas se quedaron atrapados ahí.
Este no es el único hecho sobrenatural. Hay un asistente al que mandaron a retirar a un hincha que se había quedado sentado en una de las tribunas después de un partido.

El problema es que cuando llego…no había nadie. Por handy el empleado avisó de la situación y le contestaron que por las cámaras de seguridad veían al hombre todavía sentado…delante de él.
Las historias de este tipo, dentro del Monumental, se multiplican. Muchos rincones del club tienen anclada alguna experiencia de este estilo. Por ejemplo, los vestuarios, en varias ocasiones se abren las duchas…pero no una sola…todas juntas están abiertas.
Otros serenos cuentan que la puerta de emergencia de la platea San Martín se cierra sola…sin viento. También pudieron ver huellas de polvo de ladrillo en la Belgrano, que arrancan en el piso y continúan por las paredes.

Otro empleado del club contó una situación que vivió en el Natatorio. Mientras estaba esperando que se terminaran de cambiar los últimos socios, se dirigió al sector de baños y duchas para corroborar que no quedara ningún rezagado bañándose.
Cuando llega, ve a un hombre pelado, cubierto con una toalla, que salía corriendo. El tema es que nunca lo vio salir del estadio. Muchos aseguran haber visto cómo se encendían solas las luces de la administración o figuras extrañas en la zona del museo.
Otros, en cambio, no vieron algo concreto aunque juran haber sentido presencias de espíritus. Otro trabajador del club tuvo una experiencia muy particular en el día de la frustrada final de la Libertadores, ante Boca.
Al igual que varios empleados, llegó temprano para cumplir con sus tareas. Para calmar tensiones se fue a caminar por la parte superior del estadio, donde se encuentran las torres de iluminación.
Durante todo el paseo sintió que lo estaban siguiendo, sentía pasos y en todo momento tenía la sensación de que alguien lo estaba mirando. Varios dirigentes de mucho peso de River, dijeron no estar al tanto de estas situaciones y prefirieron no darle mayor trascendencia.
Pero hay muchos empleados que cuentan este tipo de historias y hasta se niegan a trabajar en el turno noche. Viejas teorías indican que las cenizas de dirigentes, socios vitalicios o allegados a directivos solían ser esparcidas en el césped del Monumental en la década del 70.
Leyendas, mitos, rumores, comentarios. Difíciles de comprobar, pero que forman parte del día a día del estadio Antonio Vespucio Liberti, que esconde sus secretos y forman parte de la rica historia del club.

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